Barómetro Coface: desaceleración general de la economía mundial a pesar de la actuación de los bancos centrales
Con la moral de las empresas afectada por la multiplicación de áreas de incertidumbre política en todo el mundo, parece probable que 2020 sea un año de declive económico.
La crisis de la moneda argentina, las grandes manifestaciones en Hong Kong y Rusia, Brexit, el ataque a las instalaciones petrolíferas en Arabia Saudita - estos son sólo algunos de los muchos acontecimientos que marcaron el tercer trimestre de 2019.
La creciente incertidumbre política, combinada con la disminución del volumen del comercio mundial, la alta volatilidad de los precios del petróleo y la disminución de las ventas de automóviles en Europa y China, ha seguido afectando la moral de las empresas.
¿El pesimismo de las empresas manufactureras se extenderá al resto de la economía?
Hoy, además de las empresas europeas y asiáticas, las empresas estadounidenses también están abiertamente preocupadas por la retórica proteccionista del presidente Trump. Aunque la guerra comercial chino-estadounidense parece avanzar hacia un acuerdo comercial entre las dos principales potencias mundiales, las acciones del presidente de los Estados Unidos en el contexto de una campaña de reelección y un procedimiento de juicio político, siguen siendo difíciles de predecir.
Además, se están produciendo cambios estructurales en el sector automotriz, incluidas las normas sobre emisiones en Europa y los cambios en el comportamiento de los consumidores en China. En este contexto, las economías europeas evolucionan actualmente a dos velocidades: algunas dependen particularmente de la industria y el comercio mundiales (Alemania) y/o están penalizadas por las incertidumbres políticas internas (Italia, Reino Unido), mientras que las economías francesa, española y holandesa parecen más resistentes.
Los bancos centrales entran en acción
Los bancos centrales de Estados Unidos, de la zona euro y de muchos países emergentes han revisado la situación. De hecho, como resultado de la fuerte desaceleración del crecimiento, muchos bancos centrales han anunciado medidas de flexibilización monetaria.
Los efectos de las políticas monetarias que establecen tipos de interés nominales negativos son inciertos. Las políticas de tasas de interés negativas pueden estimular la economía con un impulso para los hogares y las empresas, pero también pueden erosionar la rentabilidad de los bancos. Sin embargo, en teoría, prevalece el efecto positivo sobre la actividad. El impacto esperado de las recientes medidas de flexibilización monetaria, en particular en la eurozona, debería por tanto ser real, aunque estas políticas monetarias ultra-expansionistas no hayan permitido que la inflación se aproxime al objetivo fijado recientemente por los países que han adoptado este enfoque.
En general, debido a esta inestabilidad política generalizada, Coface prevé que el año 2020 estará marcado por una desaceleración económica, al tiempo que sigue detectando muchas señales positivas que indican que se está produciendo una llamada de atención y que los gobiernos y los bancos centrales se han movilizado para hacer frente a ella.
En este contexto, este trimestre se han producido dos cambios en las evaluaciones de los países: Hong Kong (degradado de A2 a A3) y Mauritania (mejorado de D a C). Sobre una base sectorial, tras la serie de descensos en el sector automotriz en junio, se produjeron menos cambios este trimestre, pero los riesgos han aumentado (13 descensos pero ningún ascenso), especialmente en el sector automotor (descensos en tres nuevos países) y en los sectores que dependen de él (por ejemplo, los productos químicos en Alemania). Los riesgos de crédito corporativos también están aumentando en el sector papelero en América del Norte. Por último, hay nuevas víctimas del aumento del proteccionismo comercial (sector de las TIC en Corea).
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