El estudio de Coface analiza la relación comercial entre China y Australia
La relación bilateral entre China y Australia se deterioró bruscamente a lo largo de 2020, con la imposición por parte de China de restricciones comerciales tanto formales como informales a una serie de exportaciones australianas, como el carbón, la cebada, la carne de vacuno, el vino y el algodón, entre otras. Sin embargo, a pesar de las medidas comerciales de China, la economía australiana continuó con una sólida recuperación de la pandemia, registrando dos crecimientos trimestrales consecutivos del PIB en el segundo semestre de 2020, a medida que las condiciones empresariales se acercan a la normalidad tras la relajación de las medidas de contención. Esperamos que el PIB australiano vuelva al nivel de 2019 ya este año. Hasta ahora, las restricciones comerciales chinas tienen un impacto moderado en la economía australiana en general debido a dos factores principales:
- En primer lugar, la capacidad de algunos sectores afectados para encontrar mercados alternativos, como Arabia Saudí para la cebada y los países del sudeste asiático para el algodón,
- En segundo lugar, las principales exportaciones, como el mineral de hierro y el gas natural, no han sido objeto de ataques por parte de China.
Pero cada vez es mayor la preocupación de que una escalada de las tensiones bilaterales haga que China endurezca su postura hacia Australia y que posiblemente empiece a dirigirse a las exportaciones de servicios australianos, sobre todo en los sectores del turismo y la educación, que podrían poner en peligro el 2% del PIB australiano. Dado que ambas partes interpretan la disputa desde el punto de vista de la soberanía nacional, es poco probable que la situación mejore pronto. Los países asiáticos seguirán de cerca la evolución futura de las tensiones entre China y Australia para orientarse sobre el alcance de los daños económicos que podrían sufrir en caso de verse atrapados en una situación similar.