Coface ha publicado su encuesta 2025 sobre el comportamiento de pago de las empresas en América Latina, con la participación de más de 300 compañías de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. En un contexto económico delicado, muchas empresas han optado por extender sus plazos de pago para mantener activa la operación comercial, aunque también se ha incrementado notablemente la frecuencia de los pagos atrasados.
Principales hallazgos:
- Condiciones de pago: el plazo promedio subió de 53 a 59 días en 2025.
- Retrasos en los pagos: el 77 % de las empresas reporta demoras (frente al 51 % en 2024).
- Duración de los retrasos: promedio de 42 días (eran 52 en 2024).
- Diferencias entre países: Brasil tiene los plazos más largos (66 días), mientras que Ecuador presenta los retrasos más prolongados (70 días).
- Expectativas: cerca del 70 % de las empresas prevé una mejora en su negocio para 2026, a pesar de los riesgos como el bajo crecimiento, las tasas altas y la competencia.
Las empresas sudamericanas se están adaptando a un entorno difícil: están ampliando los plazos de pago para apoyar las ventas, al tiempo que gestionan retrasos más frecuentes. Aunque las perspectivas para 2026 son cautelosamente optimistas, las restricciones financieras, la volatilidad de los tipos de cambio y las incertidumbres comerciales son las principales preocupaciones.
Así lo señaló Patricia Krause, economista para Latinoamérica en Coface.
Plazos más largos para respaldar la actividad empresarial
En 2025, el 86 % de las empresas encuestadas realizó ventas a crédito (una leve disminución frente al 88 % en 2024). Los plazos de pago entre 31 y 60 días siguen siendo los más comunes, pero ha aumentado la proporción de pagos entre 91 y 120 días, lo que elevó el promedio a 59 días. Por país, Brasil lidera con los plazos más largos (66 días), mientras que Colombia tiene los más cortos (50 días).
Por sector, madera, textiles y farmacéutica ofrecen los plazos más generosos, mientras que transporte sigue siendo más restrictivo.
Más retrasos, por presiones diversas sobre el flujo de caja
Los pagos atrasados se han vuelto más frecuentes (el 77 % de las empresas los ha sufrido), aunque su duración promedio bajó a 42 días, lo que indica una resolución más rápida en varios sectores. Los sectores farmacéutico y químico fueron los que más redujeron sus tiempos frente a 2024.
Argentina y Chile tienen las duraciones más cortas (26-27 días), mientras que Ecuador alcanza los 70 días. Las causas más mencionadas son la baja demanda y la presión competitiva (37 % cada una), seguidas por los altos costos de financiamiento (28 %). Las condiciones crediticias más estrictas, especialmente en Brasil y Colombia, siguen limitando la capacidad de las empresas para financiar sus operaciones, lo que las expone aún más a los retrasos. También influyen la volatilidad del tipo de cambio, los cambios en políticas comerciales y el aumento de los costos laborales, además de los desafíos tradicionales como la competencia y las tensiones geopolíticas.
2026: más confianza, pero con cautela
Aunque las proyecciones de crecimiento regional son moderadas, casi el 70 % de las empresas encuestadas espera que su negocio mejore en 2026. El optimismo se refleja en todos los países. Por sector, el metalúrgico fue el único donde la mayoría espera estabilidad.
Los principales riesgos que siguen preocupando son: desaceleración económica (46 %), competencia (44 %), tensiones geopolíticas (36 %), tasas de interés elevadas (34 %) y volatilidad cambiaria, con Argentina particularmente afectada.
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