Depreciación del yuan, medidas de flujo de capitales y nueva política monetaria: ¿Qué implicaciones tiene para las empresas chinas?
La depreciación potencial del yuan, asociada a la implementación de medidas de flujo de capitales, son las preocupaciones habituales para China. El país anunció recientemente su política monetaria de “prudencia y neutralidad” (la cual ha sido ratificada durante el Congreso Nacional del Pueblo) y ahora es un punto de atención adicional.
En el futuro, el Banco Popular de China probablemente adoptará una actitud a la expectativa donde reaccionará de acuerdo al diferencial de los tipos de tasa de interés real entre Estados Unidos y China, particularmente debido a que la administración del Presidente Donald Trump examinará más a detalle la política monetaria de la Reserva Federal, en lo que se refiere a política fiscal, política comercial e inversiones en infraestructura.
Independientemente al impacto derivado por Estados Unidos, se espera que el Banco Popular de China, endurezca gradualmente su política monetaria, desplazando el rango de la tasa de interés, esperada en un margen de entre 20 a 30 puntos base arriba en 2017, principalmente para contener los riesgos fiscales y las burbujas de activos. Esto podría significar mayores costos de financiación para los corporativos chinos y eventualmente se traduciría como un fuerte golpe para la tan esperada reducción de las deudas corporativas. También podría implicar mayores riesgos crediticios para las compañías chinas, especialmente para aquellas con finanzas débiles.
Con la prudencia en la política monetaria y las medidas de flujos de capitales implementadas por las autoridades chinas, es muy probable que el yuan continúe con su depreciación a un ritmo ligeramente más lento, de 3% a 5% para finales de 2017. Por lo tanto, es muy probable, que la salida de capitales de China continuará presentándose en el futuro.
Una mayor vigilancia sobre el yuan de parte del Banco Popular de China, es un signo de mayor tolerancia a la volatilidad en la tasa de cambio del yuan contra el dólar, la cual por consiguiente modera el impacto positivo de la depreciación del yuan e impulsa los volúmenes de exportaciones chinas. Al mismo tiempo, se espera que los costos de las importaciones incrementen gradualmente. Es probable que esto perjudique a las compañías chinas que dependen de una manera importante de las importaciones de insumos para la producción.
En resumen, se espera que la mayoría de las compañías chinas tengan un año con grandes desafíos, con costos mayores en los préstamos (resultado del alza en las tasas de interés) y un mercado más competitivo (a causa de la apertura para las empresas extrajeras en más sectores). Algunas empresas podrían enfrentar costos más altos de importación debido a la depreciación del yuan. Es muy probable que, todos estos factores pesen sobre la rentabilidad de las compañías chinas, aunque una recuperación en la demanda externa podría servir como amortiguador, sólo si no es obstaculizado por el proteccionismo en el comercio.
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