Según la última encuesta de Coface, casi 9 de cada 10 empresas francesas sufren retrasos en los pagos, y la mayoría de ellas incluso señalan que el problema está empeorando, en un contexto de tensiones económicas y comerciales internacionales. Esto está afectando a su flujo de caja.
Cifras clave
- 49,7 días: plazo medio de pago en Francia, superior al de Alemania (32 días).
- +37 % de aumento de las quiebras empresariales en comparación con 2019, con 42 505 registradas en los primeros ocho meses del año.
- El 55 % de las microempresas considera que el impacto de los retrasos en los pagos es «crítico» para su flujo de caja.
- El 84 % de las empresas ya se ven directamente afectadas por los aranceles aduaneros estadounidenses.
Condiciones de pago: una práctica bien establecida, pero con un doble filo
En 2025, el 97 % de las empresas francesas conceden condiciones de pago a sus clientes, lo que confirma que esta práctica sigue estando profundamente arraigada en la economía. El plazo medio de pago es de 49,7 días, superior al de Alemania (32 días) o Polonia (46 días).
Si bien estas condiciones contribuyen a respaldar la actividad empresarial y las relaciones comerciales, pueden debilitar el flujo de caja de las empresas cuando se alargan demasiado o no se respetan, lo que expone especialmente a las microempresas y las pymes.
Retrasos en los pagos: la situación sigue empeorando
El 86 % de las empresas francesas afirman haber sufrido retrasos en los últimos 12 meses (frente al 82 % en 2023 y el 85 % en 2024). Este fenómeno afecta a todos los sectores, con una proporción especialmente elevada de microempresas: más de la mitad de ellas consideran ahora que el impacto en su flujo de caja es «crítico».
Los retrasos son cada vez más largos y frecuentes, con consecuencias dramáticas para la salud financiera de las empresas. Aunque la duración media de los retrasos se ha mantenido estable en 39,5 días, el 44 % de las empresas ha sufrido retrasos de más de un mes, y las microempresas son especialmente vulnerables, con retrasos medios de 44 días frente a los 36 días de las grandes empresas. Aún más preocupante es que el 42 % de las empresas atribuyen estos retrasos a las dificultades financieras de sus clientes, lo que revela un círculo vicioso que debilita todo el tejido económico. En este contexto, el 33 % de las empresas prevén un nuevo empeoramiento de los retrasos en los próximos 12 meses, especialmente en los sectores del transporte, la construcción y la automoción.
Este deterioro se refleja en un aumento continuo de las quiebras empresariales. En los primeros ocho meses de 2025, se registraron 42 505 quiebras, un nivel récord que supera en un 37 % el nivel anterior a la COVID-19. Más allá del número de insolvencias, las consecuencias que estas acarrean también se están disparando: 3600 millones de euros en deudas con proveedores y 173 000 puestos de trabajo están ahora en peligro.
Aranceles aduaneros estadounidenses: caída de los márgenes y del volumen de exportaciones
En un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos, el 84 % de las empresas encuestadas ya están sintiendo el impacto de los aranceles aduaneros. Una cuarta parte de ellas ha reducido sus márgenes y ha visto aumentar sus costos de producción. Casi el 20 % prevé una disminución del volumen de exportaciones al mercado estadounidense, y muchos proyectos de inversión se han suspendido. Los sectores metalúrgico, automovilístico, del transporte y químico se ven especialmente afectados.
Perspectivas económicas: pesimismo y aumento de los riesgos
En este contexto, las empresas francesas prevén una recesión de la actividad en 2026, tanto a nivel nacional como internacional. Si bien algunas siguen siendo optimistas en cuanto a su rentabilidad, las perspectivas de flujo de caja son más matizadas, especialmente para las microempresas y los sectores del transporte, la construcción y el turismo. El entorno político y social en Francia es ahora la principal fuente de preocupación, por delante de las dificultades de contratación y las tensiones geopolíticas.
«Ante el aumento de los retrasos en los pagos, el incremento de los riesgos económicos y geopolíticos y el reembolso continuado de los préstamos garantizados por el Estado, las empresas francesas ven cómo sus márgenes y su flujo de caja se ven sometidos a presión. Por lo tanto, prevemos que los niveles de insolvencia se mantendrán altos en 2026, lo que confirma la necesidad de una mayor vigilancia en todo el tejido económico».
- Carine Pichon, directora general para Francia, África y Europa Occidental.
Descargue el informe completo Encuesta sobre el comportamiento de pago de las empresas francesas 2025
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